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Traducciones

Traduttore, traditore ¿Qué sería de nosotros si no hubiese traducciones de los libros? (y de las series, ya puestos). No sólo por un reto como este sino para cualquier persona aficionada a la literatura que quiera disfrutar de literaturas de otros países.


Leo en español de manera habitual; sólo en ocasiones leo en inglés -normalmente libros que me han gustado tanto en español que, para la segunda lectura, elijo el idioma original- y muy rara vez en francés. Sí estoy habituada a leer en otros idiomas por mi trabajo (con documentos especializados me puedo atrever a leer en italiano también, catalán, portugués...), pero por placer, prefiero el español.

Leer en mi propio idioma me permite meterme en la historia de una manera profunda, sin preocuparme de no entender alguna palabra (o frases enteras), de no captar el sentido de la historia, de no apreciar los matices de los personajes. Por lo que para mi la tarea de las traductoras y traductores es impagable... y no suficientemente reconocida.

¿Como acceder a la literatura de (por mencionar sólo algunos de los escritores de los que he disfrutado a lo largo de mi vida lectora) Murakami, Kafka, Elena Ferrante, Nikos Kazantzakis, Hennig Mankell, Margaret Atwood, Stefan Zweig o Ava Ólafsdóttir sin sus traductores? La literatura en lengua castellana es vastísima, muy rica y daría para varias vidas lectoras, pero la traducción de otras lenguas nos abre la puerta a otros mundos, otras formas de entender la vida, otras realidades. Y cuando nos gusta leer queremos tener el mayor número de opciones posibles.

Ahora bien, no todas las obras traducidas son dignas de leer. Imagino que la precariedad y la crisis también habrán afectado a este sector, y parece que hay editoriales que no cuidan como es debido esta parte de la cadena de edición del libro. Hay alguna novelas de traducción reciente que parece que se han convertido con el google translator (y todos sabemos lo que eso implica: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia). Por supuesto, sólo puedo detectar errores cuando la traducción es de un libro escrito en inglés (¿comprar libros en la farmacia? ¿pasarte el día en el baño por un constipado?); a saber lo que nos cuelan cuando son de otros idiomas...

Me disgusta cuando estoy leyendo un libro y una palabra, una expresión, una construcción gramatical me chirría, me saca de la historia. Y me molesta aún más no saber si esa posible anomalía es una traducción fiable de una distorisión en el original, o una pifia del traductor (¿tanto cuesta poner notas al pie aclarándolo? El que no las haya, me lleva a achacar la responsabilidad a quien traduce y edita)

Por eso me gustan tanto editoriales que están surgiendo ahora, independientes, pequeñas (o no tanto) -Impedimenta, Contraseña, Acantilado, por mencionar sólo algunas- y que cuidan muchísimo sus ediciones. Publican a autores y autoras poco conocidos, o que no han sido traducidos previamente al español, y cuidan tanto las traducciones como la edición completa del libro (las portadas de Impedimenta son siempre magníficas). También Alba Editorial tiene unas traducciones muy cuidadas.  Me gustan especialmente los libros de Impedimenta, Acantilado o Libros del Asteroide que incluyen el nombre del traductor en la portada, dando visibilidad a quien nos permite disfrutar de la obra en cuestión, reivindicando una tarea imprescindible en la difusión de la literatura.

Comprar libros de estas editoriales puede ser algo más caro que las ediciones de bolsillo, pero la calidad -indudablemente- lo merece.

En definitiva, una buena traducción te permite disfrutar de una obra que no podrías leer en su idioma original, sabiendo que quien traduce conoce no sólo el idioma de partida sino el español; y que es capaz de respetar el estilo, la esencia, el sentido de la obra original, trasvasándola al español de la manera más precisa, respetuosa y legible. Todo lo fiel que es posible, con todas las libertades que son necesarias.

Así que gracias a todos los buenos traductores y traductoras por permitirnos disfrutar de libros que nos serían inalcanzables sin saber todos los idiomas, y gracias a las editoriales que los cuidan, porque así nos cuidan a los lectores.

Traducir es hacer un viaje por un país extranjero (George Steiner)

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