Aquella tarde, el preman se presentó poco después de que la señora de la casa se hubiera levantado y aseado. Lo recibió una niña de unos once años. Dijo llamarse Maya Dewi y pidió a Maman Gendeng que esperase en la sala de estar, porque su madre estaba secándose el pelo. La pequeña, que llegaría a ser tan hermosa como su madre, eso ya era evidente, le llevó un vaso de limonada bien fría y, cuando el invitado sacó un cigarrillo, se apresuró a colocar un cenicero encima de la mesa. Maman Gendeng se imaginó que el aspecto pulcro y ordenado de la casa debía de ser cosa de la niña. Gracias a Mamá Kalong se había enterado de que Dewi Ayu tenía tres hijas y le intrigaba averiguar si las otras dos hermanas eran igual de guapas, pero al parecer Alamanda y Adinda habían salido. Dewi Ayu apareció con la melena suelta y refulgente con la luz de primera hora de la tarde. Ordenó a su hija que los dejara solos, despertó a un gato que estaba acurrucado en su sillón y se sentó. Todos sus movimi...

Lectora compulsiva de prácticamente todos los géneros (aunque la novela romántica se me resiste; no es lo mío), he decidido iniciar un proyecto de lectura para leer un libro de cada país del mundo. No ambientado, sino escrito por un autor o autora de cada país. Y no va a ser fácil... Pero allá vamos; te invito a compartir los resultados, dudas o reflexiones que conlleva este reto lector