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La vida de las mujeres - Alice Munro (Canadá)

No entendí del todo lo que quería decir, o si lo hice estaba resuelta a oponerme a ello. Mi empeño era oponerme a todo lo que ella decía con seriedad y obstinación. Necesitaba, y daba por hecho, que se preocupara por mi vida, pero no podía soportar que lo expresara en palabras. Además, tenía la sensación de que estas palabras no eran tan diferentes de todos los demás consejos que se daban a las mujeres, a las niñas, consejos que partían de la base de que ser mujer te hacía vulnerable, que era necesario cierto grado de cautela, seria inquietud y autoprotección, mientras que se suponía que los hombres podían salir y vivir toda clase de experiencias, desechar lo que no querían y volver orgullosos. Sin pensarlo siquiera, yo había decidido hacer lo mismo.



FICHA TÉCNICA
Título: El mundo de las mujeres
Título original: Lives of Girls and Women
Género: Narrativa contemporánea
1ª edición en inglés: 1971
Edición en español: 2012
Editorial: Lumen
ISBN: 978-84-264-2151-7
Nº de páginas: 233
Traducción: Aurora Echevarría Pérez
Formato: Libro electrónico
Sinopsis: "La vida de la gente, en Jubilee como en todas partes, era aburrida, simple, asombrosa e insondable... cuevas profundas cubiertas de linóleo de cocina". Bastan estas pocas palabras para reconocer el talento de una espléndida narradora y colarse en la vida de Del Jordan, una chiquilla que vive con sus padres en el pueblo de Jubilee. Del empieza contando su día a día, su relación con la familia, los vecinos y los amigos, y pronto descubrimos que esa niña sabe observar el mundo y sacar buen provecho de lo que ve: compadece la poquedad del padre, admira el arrojo de la madre, que deja la granja para dedicarse a vender enciclopedias por los alrededores, y comprende que tarde o temprano llega el momento en que hay que elegir entre una risueña mediocridad —hogar, iglesia, matrimonio, hijos— y otras opciones más interesantes y arriesgadas. Ese descubrimiento es también el de la vocación literaria, una suerte de llamada, de deber para con el mundo.
Esta deliciosa novela, que la autora escribió cuando tenía cuarenta años, es —autobiográfica en la forma, que no en los contenidos—, como comenta irónicamente la misma Alice Munro. Traducida por primera vez al castellano, La vida de las mujeres muestra ya toda la maestría y el modo peculiar de ver la realidad que ha distinguido la obra posterior de esta gran figura de las letras contemporáneas
Valoración: 6/10.

Cuando le concedieron el Nobel a Alice Munro en 2013 me sentí algo decepcionada, porque puestos a concederle el premio a una escritora canadiense ¿por qué no a Margaret Atwood que es mucho más merecedora? Admito que este "mucho más" era desde la ignorancia absoluta, pues nunca había leido hasta ese momento ninguna obra de Munro; era, más bien, una reivindicación de una de mis escritoras favoritas, que ha perdido muchas oportunidades de ser galardonada por la Academia Sueca, poco aficionada a repetir perfil de galardonado, y bastante rácana en cuanto a premiar escritoras, que haberlas haylas, y magníficas.

Después leí algún cuento suyo, pero nunca me había decidido a leer nada más extenso de ella hasta ahora. Y siendo escritora de cuentos, yo elijo su -dicen- única novela. Su segunda obra publicada, lo que  no me permite juzgar si su obra es merecedora de tanto reconocimiento o no. Doy por hecho que sí, aunque este libro se haya quedado un poco en tierra de nadie. No me ha entusiasmado, aunque tampoco ha sido un fiasco. ¿Prescindible? No diría tanto, aunque espero leer en el futuro otras obras de la autora que me entusiamen más. O, al menos, que me gusten más.

Para empezar, despista un poco que en la sinopsis diga que es una novela. Esto genera unas expectativas que no se cumplen. Aunque todos los capítulos estén narrados por la misma persona -Del Jordan, que pasa de preadolescente a joven a lo largo del libro-, y se centren en el mismo universo,  estamos, más bien, ante un conjunto de relatos relacionados, pero independientes, sobre la vida de las mujeres de un pequeño pueblo de Ontario, Jubilee (nombre ficticio, que enmascara el pueblo natal de la escritora: Wingham), de sus aspiraciones, su rol social, sus luchas, y su relación con los hombres.

Y ese retrato de las mujeres es lo mejor de la obra, pues vemos diferentes perfiles femeninos, desde la madre de la protagonista, con anhelos intelectuales y ansias por estudiar, ahogada en un pueblo donde las mujeres sólo pueden ser esposas y amas de casa; a la amiga de Del, Naomi, adolescente "en construcción" que pasa a la vida adulta -trabajo, ajuar, búsqueda de marido...- con más antelación que nuestra narradora, quien fluctúa entre sus ansias de libertad, de hacer cosas diferentes, y sus sueños románticos que la atan a un rol más tradicional.

Es en este mundo de mujeres que se rebelan ante lo que se espera socialmente de ellas (la historia está ubicada en los años 40 del siglo XX, para mi ha sido algo rompedor su discurso, más propio de los años 60 y 70) donde está la auténtica fuerza del libro. No puedes evitar identificarte con la protagonista -a poco que recuerdes tu adolescencia- y sus ganas de tener una vida diferente.

En estas páginas se reflexiona sobre lo que es ser mujer, se descubre el sexo como parte esencialmente humana (y desligada, a veces, del amor); se habla de literatura, de planificación familiar, de sexo, de libertad, de relaciones, de matrimonio, de moda... Es toda una revisión de aquellos temas que nos interesan por ser personas, no por ser mujeres.

Entonces ¿en dónde falla? Es algo tedioso, le falta ritmo. Sí, duele decirlo; pero es un libro más bien aburrido. Me ha recordado en muchas ocasiones a Las batallas perdidas, de Eudora Welty, con el que probablemente tenga muy poco que ver. En Las batallas recuerdo que la vida -la narración- era tremendamente lenta por esa sensación de calor agobiante, plagado de moscas, del verano del sur estadounidense (aunque he de confesar que es uno de esos libros que he dejado sin terminar, a espera de tiempos más propicios para entrar en su universo).

Pero volvamos a Jubilee, allí hace frío, nieva ¿no debería haber algo más de nervio? Pues no. Es cierto que pasan cosas, que hay anécdotas o subhistorias que sueltas son divertidas, o interesantes o emocionantes. Es el conjunto de la obra lo que no funciona, la narración no fluye, no te engancha. Y no es que esté mal contada; es ese ritmo que quiere ser nostálgico, sin lograrlo; que acaba siendo algo costumbrista. Un retrato anecdótico, simpático y sin demasiada garra de unos personajes que no tienen excesivo interés por ser -probablemente- demasiado reales, anodinos, por tanto. Y de una obra de ficción una espera algo más de drama o de excepción. Tal vez lo que ocurra es que al ser un retrato más o menos enmascarado de los primeros años de Munro, de su familia, su pueblo, sus vecinos, el resultado es demasiado cotidiano. Es la vida que todos -de una manera u otra- vivimos; y esas historias ya nos las sabemos.

Desde luego, no me arrepiento de haberlo leido, pero ¿lo recomendaría? No estoy muy segura, me gustaría conocer la opinión de personas que sí amen la literatura de Alice Munro para que tener una opinión contrastada sobre este libro y sobre sus otras obras, para entender -desde su visión- qué es lo que tiene de atractivo este libro, aparte de algunas frases dignas de ser guardadas.

Para elegir la canción que acompañe a esta entrada he tenido que investigar un poquito. Muchos cantantes conocidos de Canadá han desarrollado su carrera en EEUU (Justin Bieber, Celine Dion, Leonard Cohen...), y prefiero compartir una música más "propia" del país. Enconctré un artículo en la revista cultural Gatopardo sobre los Premios Polaris, entregados en Canadá, y de los artistas que mencionan elegí a Andy Shauf, sólo porque me preció el menos rarito de todos; es música pop.

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