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Planeta Azul, Jeanette Winterson (Reino Unido)

Este nuevo mundo pesa un attogramo. Sin embargo, todo tiene un tamaño experimental: es invisiblemente diminuto o ambiguamente inmenso. Hay en él hojas que han crecido como ciudades y pájaros que anidan en la concha de un berberecho. Huellas de garras de largos dedos, profundas como pesadillas, salpican la blanca arena y hay charcas rocosas en los huecos de manos surcadas por aletas de peces invisibles.
Árboles como rascacielos que dan cobijo a idéntico número de vidas. Hierbas altas como setos, nueces del tamaño de calabazas. Sardinas cuya pesca reclamaría la fuerza de dos hombres. Huevos de cáscaras color azul celeste, con un peso equivalente a un universo en ciernes.
Y, debajo, champiñones blandos y pequeños como la oreja de un ratón. Una grieta como un corte, y dentro, millones y millones de microbios preguntándose qué hacer después. Esporas a la espera del viento que no vuelven la vista atrás.
Musgo concentrado en ser verde.
FICHA TÉCNICA
Título: Planeta Azul
Título original: The Stone Gods
Género: Ciencia Ficción
1ª edición en inglés: 2007
Edición en español: 2015
Editorial: Lumen
ISBN: 978-84-264-0271-4
Nº de páginas: 315
Traducción: Alejandro Palomas
Formato: Rústica
Sinopsis: Será una vez, en un futuro no muy lejano, una mujer llamada Billie que trabaja para el gobierno de su país y es enviada en misión especial a Planeta Azul, un lugar cargado de promesas donde la vida de los humanos va a encontrar cobijo tras la destrucción definitiva de la Tierra. Lo que queda de nuetro viejo planeta es ahora un desierto poblado de máquinas y robots, que conviven con unos humanos ajenos por completo a las leyes más simples de la naturaleza y han descubierto la manera de no envejecer vendiendo cuerpo y alma a los expertos en cirugía plástica.
Lejos de todo lo viejo, de viaje hacia lo desconocido y cruzando el aire frío del futuro, Billie amará a Spike, una extraña criatura nacida de la ciencia y el arte más avanzados. Luego, de repente, el pasado vuelve y veremos a Billy, un tripulante del barco del capitán Cook, cruzar páginas de literatura y vida para llegar hasta nosotros y luchar contra el poder establecido...
Historia de un amor perdido en las estrellas, libro de aventuras, himno hermoso a las bellezas perdidas de la tierra, Planeta Azul muestra el talento de Jeanette Winterson en su búsqueda terca y desesperada de un lugar seguro donde todos podamos por fin descansar.
Valoración: 9/10

Hago trampas con mi requisito de leer autores que no haya leido previamente. Las hice con Faciolince (Colombia) y las hago ahora con Winterson. Este Planeta Azul es el cuarto libro que leo de ella, y no será, desde luego, el último.

La conocí gracias al Club de lectura de ¡¡Ábrete libro!! en el que leímos su biografía Por qué ser feliz cuando puedes ser normal. Con ese libro me enamoré de Jeanette Winterson y de su forma de escribir. Una mezcla de poesía, pragmatismo, ingenuidad, sarcasmo, vivencias personales e imaginación. Y en todos los libros suyos que he leido, el dolor como fuente de regeneración y crecimiento.

Esta novela no es una excepción. Iniciada como una historia de ciencia ficción, pronto se revela como algo diferente, en la que la protagonista -Billie Crusoe (náufraga en un mundo que ni comprende ni le gusta) va transitando -a veces como mujer, a veces como hombre- por diversas épocas y circunstancias, como el Orlando de Virginia Woolf, que nunca deja de ser la misma persona, aunque cambie su aspecto y sus circunstancias. Y lo mismo viaja al siglo XVIII, con el Capitán Cook, que es una experta en robótica en un mundo futuro indeterminado, que bien podría ser el nuestro, a un paso de la destrucción. O el origen de nuestra civilización, pues la historia es cíclica y se va repitiendo.

Como toda obra de ciencia ficción, esta novela es la excusa perfecta para llamar la atención sobre los problemas más acuciantes de nuestra sociedad. En primer lugar, la sobreexplotación de los recursos medioambientales, que -en el marco de la historia- ya se han agotado, lo que ha conducido a una sociedad hipertecnologizada, en la que la comida se produce en laboratorios; pero también los hijos (las mujeres ya no se quedan embarazadas, ni paren) y cualquier otro recurso que sea necesario para vivir. Y estas no son las únicas ventajas -así se promocionan- por quien gestiona este mundo occidental (Poder Central), que ya no es un Gobierno, sino una corporación de empresas que ha monopolizado todos los sectores productivos, sociales y culturales, facilitando la vida a las personas, que no deben preocuparse por nada; MAS, en cualquiera de sus divisiones (MAS-Seguridad, MAS-Medicamentos, MAS-Transporte o, entre otras, MAS-Futuro, empresa en la que trabaja Billie) tiene lo que necesitas y te lo proporciona a cambio de tus jetons, una moneda virtual -al estilo de los bitcoins- que ha acabado con las "posesiones" reales, y ha convertido el consumo en una práctica de intercambio de bienes y servicios, sin dar cabida a la acumulación. Obviamente, esto es una falacia, pues todo lo que existe pertenece a la Corporación MAS, que gestiona su distribución, uso y retorno.

Y de ahí al hedonismo, hay un paso diminuto (¿sorpresa?). Como ya no hay que preocuparse de nada, podemos ocuparnos de nosotros. ¿Y quién querría tener un cuerpo que envejece o enferma, pudiendo mantenerse joven? Sí, también se puede modificar el ADN para revertir el envejecimiento. Esto ha llevado a que los hombres -carga de fondo de Winterson- que siempre han buscado la juventud en sus parejas/amantes, cada vez aspiren a que sean no sólo de apariencia, sino también de edad real, más y más jóvenes. Por supuesto, la pederastia es un delito.
Los niños y niñas menores de diez años son conocidos en el ramo [del sexo pagado] como "terneros".
Hoy en el Peccadillo es día Especial de Ternera de modo que no me sorprende ver a un tipo rubio parecido a un golden retiriever que se dirige al jacuzzi con un niño de diez años sobre los hombros y una niña de la misma edad en los brazos. Ambos son niños del Califato. Los compramos. No les haríamos eso a niños nacidos en el Poder Central porque (a) es ilegal y (b) somos civilizados
Y aquí ya surge la voz de Winterson, crítica, dura, escéptica y -al mismo- tiempo esperanzada ante un cambio posible que llegará con el descubrimiento del Planeta Azul. Porque, como en otros relatos de la escritora, esta se nos presenta con el nombre de su protagonista, Billie Crusoe; son sus ideas, su forma de ver el mundo, su planteamiento político, social, lo que leemos en voz y penamientos de Billie. Y esto queda especialmente patente en el tercer relato del libro, La tercera posguerra, en el que leemos la vida de Bille-Jeanette de una forma cercana, dura, clara, como ya la narra en su biografía, citada más arriba.

Pues este no es un relato lineal (hasta ahora, no he leido ningún libro de Winterson que lo sea), sino que está compuesto de cuatro historias relacionadas entre sí, que hablan de las mismas preocupaciones desde diferentes prismas, pero siempre canalizados por la autora.

El primer relato, que da título a esta edición en español, Planeta Azul nos presenta ese mundo hipertecnológico, feliz, hedonista, que busca una alternativa ante la carencia de recursos que empieza a ser preocupante. Una expedición en la que ha participado la robo sapiens Spike, ha descubierto un nuevo planeta en el que es viable la vida para los seres humanos, y sólo requiere que sea acondicionado para que no sólo sea posible la vida humana, sino segura y cómoda.

Y aquí surge el planteamiento central del libro: el ser humano (los hombres, nos dice Billie) es incapaz de aprender de sus errores; su afán de control y su desprecio a lo que no es su seguridad, comodidad y progreso es lo que va a acabar con este planeta; con este y con cuantos encuentre a lo largo de todas sus existencias. ¿Es el Planeta Azul nuestra Tierra actual? ¿o es la Tierra el planeta que busca cómo expandirse en el espacio? ¿o ninguno de los dos, porque aún no ha llegado su momento, o este pasó hace millones de años? La historia se repite, y no cambiamos nuestra forma de actuar.
No es que los seres humanos estemos metidos en un lío, es que estamos hechos un lío. Hemos cometido todos los errores imaginables, nos hemos justificado y hemos vuelto a comenter los mismos errores una y otra vez. Es como si estuviéramos condenados a la repetición.  
Tengamos las oportunidades que tengamos.

El segundo relato, que es otro capítulo de la misma narración -aunque en otro tiempo, espacio y con Billie convertido en un hombre joven-  es La Isla de Pascua, en donde naufraga el joven Billie, tripulante de la expedición del Capitán Cook a los Mares del Sur, y asiste a la devastación de la isla por parte de los dos grupos de pobladores que la habitan, más preocupados por adorar a sus ídolos de piedra (a los que se refiere el título original en inglés) que en su propia superviviencia. Asistimos nuevamente a la misma idea, en un contexto mucho más pequeño, pero con las mismas consecuencias. En la Isla de Pascua no destacan los árboles, sino los moais.

La tercera posguerra es el apartado más personal del libro. Billie habla de su madre, nacida tras la Segunda Guerra Mundial, de sus miedos, su pobreza, sus problemas, y los compara con los los actuales, tras la 3GM, en la que Billie y Spike se conocen (¿es un salto al pasado? ¿es un mundo diferente? ¿es la historia que se repite en el Planeta Azul, nuevamente evolucionado?) y entendemos muchas afirmaciones, decisiones, sucesos, del primer capítulo.

Por último, en La Ciudad del Naufragio conocemos la otra cara de la sociedad perfecta gestionada por MAS. La de los desplazados, los rebeldes, las personas libres que no quieren vivir sometidos a la tiranía de la perfección. Es el capítulo más duro, demoledor e incluso desagradable, cuando se habla de los Habitantes del Bosque Muerto, las verdaderas víctimas de la guerra. Pero también tiene los diálogos más divertidos entre Spike y Bille; el aprendizaje de Spike acerca de la naturaleza humana y de su propia naturaleza nos deja momentos realmente divertidos.

Y al final, se llega al principio...

Leer a Jeanette Winerson es toda una experiencia de lectura compleja, reflexiva, en la que lo poético y lo sarcástico se mezclan, la ficcion y la realidad son lo mismo. Y -estoy convencida- leer primero su biografía me ha aportado claves más precisas para entender su obra, pues sé identificar cuándo está hablando de sí misma, ya sea como narradora o como personaje. Su dolor, su autodescubrimiento y autoaceptación, su forma de ser y estar en la vida, trasciende en sus personajes y relatos, que son tremendamente humanos, contradictorios, complejos; y quizá por eso, mutan, se transforman, adquieren apariencias diferentes, porque una sola persona, un único personaje, no es capaz de albergar tanto que decir y que expresar.

Recomiendo leer a esta escritora (¿para cuándo el Nobel?); y empezar por su biografía, porque eso permitirá disfrutar aún más de sus escritos.

Para terminar, entre tantos y tantos cantantes británicos, elijo a David Bowie, el hombre que vino de las estrellas; y su última canción, Lazarus, que creo que acompaña perfectamente a esta historia de resurrección y nuevas oportunidades que nos cuenta Jeanette Wintterson.


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